jueves, 22 de marzo de 2012

Ruta de las Fortalezas.

Por fin remitió un poco el frío y pudimos hacer el proyecto de Ruta de las Fortalezas. Al final salieron unos pocos kilómetros más, pero se cumplieron ampliamente las expectativas finales, ya que el tiempo acompañó y no hubo ningún percance mecánico.

Día 1: Atarfe - Pantano de Colomera (34.8 Km)
Salimos de Atarfe tarde, ya que había tiempo de sobra y la mañana amaneció un poco fría. Aparcamos el coche en las calles que hay cerca de la glorieta que da entrada al pueblo desde su acceso por Albolote. Es una zona tranquila para dejar el coche durante un fin de semana.

Al final vamos 3: María, Manolo y yo.


Montamos las bicis, cargamos y nos disponemos a salir de Atarfe cogiendo el camino de Albarrate, que cruza las urbanización del Chaparral, que está al pié de Sierra Elvira.

Vamos despacio, disfrutando del día, de las vistas de Sierra Nevada. Cuando llegamos a la intersección con la carretera que bordea el Pantano de Cubillas, nos ponemos en fila y pasamos más rápido... Los tramos con mucho tráfico no nos gustan demasiado.

Desde esta carretera se puede ver bastante bien el pantano de Cubillas, ambas orillas y la zona recreativa que posee.

Al llegar al desvío hacia Colomera, aflojamos el ritmo para disfrutar del paisaje de olivares que se abre a ambos lados de una carretera ni ancha, ni estrecha, pero con buen firme.


La carretera está llena de olivos y almendros en flor, el sol luce en el cielo y hace un día estupendo para coger la bici.


No somos los únicos que pensamos eso ya que nos cruzamos con muchos ciclistas y con una cicloturista que viaja sola en sentido contrario.


Esta ruta pertenece a la Ruta del Califato, que va desde Granada a Córdoba.

Se va abriendo el valle y ya podemos ver el primer pueblo de la ruta: Colomera, al que decidimos subir para tomar algo y hacer "turismo". Así que enfilamos con tesón las rampitas de acceso al pueblo, y nos vamos para su parte alta.

Descubrimos un entramado de calles típicamente árabes, con muchas cuestas, esquinas y calles muy estrechas. Paramos para charlar con los lugareños, que se sorprenden de que vengamos "sólo desde Atarfe" (pensarían que éramos extranjeros) y bromeamos sobre qué usarían los antíguos para hacer la iglesia del pueblo, que aún se mantiene en buen estado.


Bajamos por calles estrechas y empinadas, descrubriendo rincones que nos trasladan 30 años atrás en el tiempo: los niños jugando en la calle, las abuelas cosiendo sentadas al sol, la ropa tendida sobre cañas y cuerdas...


!!! Increible que sólo esté a 30 kilómetros de la capital ¡¡¡¡

Hacemos una parada para hidratarnos y charlar, el día de hoy será de los más relajados de todos mis viajes jeje... Hacemos acopio de bebida fria y bajamos para la carretera que da acceso al pantano, donde pararemos a comer en un prado junto al puente del rio.


Al solecito, con el ruido del agua y la tranquilidad que se respiraba, debíamos echarnos una buena siesta. Al despertarnos charlamos con un anciano que recogía una hierba para hacer tortilla, que según entendimos, estába buenísima...


Continuamos hacia Benalúa de las Villas, disfrutando de las vistas sobre el valle de Colomera, de las vistas del pantano, del pueblo de Cauro, y de la gran extensión de olivar y monte bajo que se abre ante nosotros.


Durante ese tramo el pantano se queda a mano izquierda, pudiéndose contemplar casi toda su extensión, así como las orillas plagadas de olivos y pinos. El color azul que posee es debido a la gran concentración de yesos que posee esa zona.


Como a mitad de camino nos encontramos con un bar a mano izquierda, con una terracita al sol que invita a tomarse un café... desde luego, el día de hoy está siendo de lo más relajao.

Al llegar a Benalúa de las Villas, buscamos una fuente para poder cocinar esta noche, recargamos todos los botes y botellas que tenemos en una fuente que hay al final del pueblo, el agua está estupenda ¡¡¡¡

Son cerca de las 18.00 h y hay que ir pensando en buscar el lugar donde dormiremos esta noche, así que deshacemos parte del camino buscando el desvío hacia el carril que bordea el pantano.


Vamos tranquilos, buscando un llano resguardado del aire, que no esté cerca del agua para evitar la humedad... En lo alto de un cerrete vemos un cortijo con un porche de chapa: tenemos hotel ¡¡¡¡

Aprovechamos la luz que queda para ver el sitio, acomodar el equipaje, estirar los sacos y hacer acopio de leña, cosa fácil, pues es la época de la tala del olivo y hay mucha leña. Y descubro que la sierra que trae mi navaja multiusos, realmente sirve para cortar los tronco ¡¡¡ Quien lo hubiera dicho jajaja.


Una vez que tenemso todo planteado, vamos ha hacer la cena: la idea era hacer una sopa y picoteo variado. Pero como me he vuelto a olvidar del pimiento y la cebolla, nos arreglamos con una lata de champiñones, ajos y couscous... al final no está tan malo.



Pasamos la noche charlando alrededor del fuego, viendo la gran cantidad de estrellas que hay, porqué al estar en mitad del campo, no hay contaminación lumínica, y aparecen estrellas que no se ven normalmente.


El fuego alimenta el alma y va consumiendo la leña que habíamos recogido, cuando la última llamita deja de tintinear, nos vamos a dormir.

Día 1, ruta en wikiloc.



Pronto el segundo día de ruta.

2 comentarios:

  1. Que guapo Antonio!
    Ya estoy esperando la crónica del siguiente día socio ;-)

    Un abrazo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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